Como profesora de Yoga he podido comprobar la existencia de muchos mitos erróneos sobre la práctica de Yoga.
Cada día escucho frases como: “Yo es que no tengo nada de flexibilidad, ¡imposible hacer esas posturas!”, “es que yo soy súper nerviosa”, “es que el Yoga es demasiado suave y flojito”, “el yoga es más bien demujeres”, etc.…
Con este articulo me gustaría romper estas falsas creencias.
Para hacer Yoga no es necesario ser flexible. Existen variantes de una misma asana, siendo todas ellas igualmente perfectas. Solo debemos practicar y conocer la que mejor se ajusta a nosotros. No olvidemos que es nuestra práctica y que el objetivo no es impresionar a nadie.
¡Si eres nervioso, genial! Aprenderás a gestionar tus emociones y encontrar tu propia calma.
En cuanto a que es suave, en realidad la práctica de Yoga puede ser todo lo intensa, profunda y dinámica que elijas que sea.
¿Sólo para mujeres? El Yoga fue inventado por los hombres, para los hombres. Por suerte hoy día todos y todas podemos practicarlo independientemente incluso de la edad. Cada día más niños se inician también.
Yoga significa calmar la mente. Poder enlentecerla para encontrar ese punto de quietud que nos permita tener mejor perspectiva en cada situación, a lo largo de la vida. Lo conseguiremos mediante la respiración. En el instante en el que estamos atentos a nuestra propia respiración, la mente se va calmando ineludiblemente.
Cuando estamos sobre la esterilla, observamos qué nos cuenta nuestro cuerpo. Qué músculo estamos utilizando en cada asana. Movemos el cuerpo conscientemente. Nos activamos. Fortalecemos nuestra atención en el aquí y el ahora.
Al comienzo de clases normalmente nos sentimos “torpes”, ¿¡Pero no importa, eh!? Solo es un pensamiento y como tal, lo dejamos pasar. Sucede que estamos fríos, bloqueados y seguramente tengamos músculos acortados. Pero al finalizar la clase, nos sentimos ligeros, alineados y seguramente más felices (la liberación de la serotonina influye en nuestro estado de ánimo y en nuestra paz interior).
Durante la práctica podemos identificar a nuestro ego. Esa parte de nosotros que se frustra cuando nos caemos o se molesta cuando una asana no nos sale como queremos. Ante esas situaciones , mi consejo es el siguiente: para, respira, observa, sonríe y vuelve a empezar. Recuerda que el Yoga no es competitivo. Como mucho, todo lo retante que tú elijas ser contigo mismo. Es una forma excelente de aprender a seguir incluso cuando las cosas no salen como queremos.
Fuera de la esterilla no hacemos asanas, ni saludos al sol, pero aprendemos que, en cualquier circunstancia, cuando una emoción o un pensamiento se desencadena, somos capaces de crear ese espacio necesario donde poder relacionarnos de manera diferente, incluso más amablemente con nosotros mismos. Somos conscientes y permitimos sin conflictos que esa emoción o sensación pase por nuestro cuerpo, sin consentir que se enraíce en nosotros o nos atrape. Soltamos, respiramos, dejamos ir y tomamos la decisión pertinente bajo nuestra propia calma.
Descubrimos que no solo hacemos Yoga cuando estamos sobre la esterilla. Es “una manera de ESTAR en la vida”.
¡Hay tantos profesores de Yoga, como colores! No desistas por una mala experiencia personal. Igual tu practica es más pausada, quizás más profunda, quizás más dinámica.
Sea como fuere, dale una oportunidad al Yoga. Sin resistencia, sin perspectivas, de forma amable. Y por supuesto, siempre con una sonrisa. ¡Te espero sobre la esterilla!
Estela Salas
Técnico de Yoga en Yo10 Sevilla
Técnico del equipo de formación Oyoga
Técnico de Yoga especializada en mujeres embarazadas y niños