fbpx

Nuestro Blog

Conócenos

Dolor, ejercicio e inflamación

Dolor, esa palabra a la que tanto tememos y de la que poco conocemos, esa que crea frustración, catastrofismo…,

y que se convierte en nuestra enemiga en el día a día por falta de conocimiento.

El dolor es un mecanismo de protección de nuestro organismo, al igual que el stress en su justa medida es un mecanismo de defensa y nos mantiene alerta ante los posibles peligros, su problema radica en la duración en el tiempo.

Cuando el dolor persiste en el tiempo es porque nuestro sistema de alarma se ha sensibilizado de manera constante, siendo una de sus principales características, el hacerse propenso a la sobreprotección, ya que es un sistema plástico y aprende rápidamente de la relación evento-dolor y además es muy sensible.

 

Habituación Vs Sensibilidad:
La habituación se refiere al proceso por el que, ante un estímulo repetido, la respuesta es cada vez menos intensa, proceso opuesto a la sensibilización, que consiste en el aumento de la respuesta ante un estímulo, ya sea nuevo ó perjudicial. Por eso es mejor para supervivencia el tener muchas alarmas falsas que perder alguna ya que el sistema de alarma no es específico, no es posible tener un programa para cada posible evento nocivo.

La relación entre mecanismos innatos y adquiridos hace que la vulnerabilidad sea mayor y el sistema del umbral corticolímbico baje, por tanto, los factores de riesgo son: tus genes + tu ambiente y tú estilo de vida = TÚ.

Hay que entender algo muy importante: el dolor no es igual a lesión, puedes tener dolor y no tener una lesión y tener una lesión y no tener dolor.

Una vez entendido todo esto, qué es el dolor y cómo funciona (Educación en el dolor) debemos hacer referencia a factores importantes que influyen en la recuperación de una lesión de manera negativa; factores psicosociales, el entorno y la información de la lesión y el dolor en si.

Hay varios sistemas de sensibilización al dolor, la alodina (dolor ante un estímulo que no debe provocar dolor).  Ej.; llevar puesta una camiseta cuando estás quemado de la playa, y la hiperalgesia (dolor exagerado al pellizcarte son algunos de ellos).

Debemos entender que el dolor agudo y persistente no es lo mismo ya que las áreas cerebrales que se activan son diferentes.

Es de verdadera importancia explicar qué es dolor y cómo funciona porque de ello depende en gran medida la recuperación. Está demostrado científicamente que la terapia educacional y la terapia manual, la exposición y los cambios de hábitos de vida es la mejor intervención evidencial para tratar el dolor con éxito.

En nuestras estrategias de recuperación debemos tener en cuenta los factores que intervienen en este proceso siendo todos ellos de vital importancia por este orden: degeneración, inflamación, regeneración, maduración y reparación final. Si alguno de estos procesos se rompiera la recuperación de la lesión se alargaría en el tiempo dando como consecuencia la regeneración de un tejido muscular de peor calidad.

 

 

Todos tratamos como una enemiga en potencia a la inflamación, sin tener en cuenta que es necesaria y es nuestra aliada en el proceso de recuperación. No debemos obviarla ni tratarla a no ser que persista en el tiempo y se alargue mas de 3 ó 4 días. Si la acortamos con fármacos cometemos el error de atrasar la recuperación.
Para que lleguemos a entenderlo explicaré de manera breve porqué es necesaria: Cuando hay un traumatismo o una lesión, las células satélites, son aquellas que están en la periferia del músculo, están inactivas esperando a ser activadas.  Se activan cuando el organismo sufre una lesión, daño, rotura o un entrenamiento de alta intensidad. Estas células proliferan y generan más células. Son percusoras de monocitos que hacen que se fusionen para formar un miotubo que genera el músculo, aunque no todas ellas hacen esa función ya que algunas se quedan en su estado original esperando a ser renovadas para volver al ciclo. Las células satélites activadas tienen asociadas unos factores de transcripción que hace que puedan leer el ADN, llamados PAX7.  Cuando estas proliferan además del PAX7 entran en juego otro factor llamado MyoD que es el que “dice” que hay que proliferar, dividiéndose en varias células.

Conforme avanzamos en este espectacular proceso aparecen los miocitos que siguen avanzando, apareciendo la miogenia, factor de transcripción que empieza la diferenciación para que este miotubo acabe creciendo como una célula madura dando lugar a una fibra muscular; activación- proliferación- referenciación- crecimiento.

En nuestro sistema inmune los factores de transcripcion (DAMP´S) hacen que se activen los leucocitos y los macrófagos. Cuando llega la información de la lesión piden ayuda a su “compis” del torrente sanguíneo liberando ciertas sustancias que intervienen en dicha recuperación de la lesión.
Los primeros en llegar son los macrófagos tipo 1 y tipo 2. Los neutrófilos se activan y fagocitan el tejido necrótico dañado y liberan sustancias pro-inflamatorias como el interfenon-ganma, manteniendo ese trabajo durante 24 horas. Cuando van descendiendo pasado ese periodo, llegan los monocitos que se transforman en macrófagos tipo 1 que a su vez fagocitan y esos neutrófilos siguen liberando sustancias pro-inflamatorias que bloquean la activación de la miogenia para que persista la proliferación de las células.
Recordemos que si el proceso de inflamación lo acortamos o se interrumpe el tejido muscular es de menor calidad, más pequeño, y al tener más cantidad de colágeno el tejido del músculo es más fibrótico, haciendo que su funcionamiento no sea el adecuado, por lo tanto, su calidad no será buena.

Ahora podemos entender porqué no debemos acortar la inflamación con fármacos o hielo.

¿Qué adaptaciones fisiológicas acontecen con el ejercicio físico y porqué?

Cuando generamos ejercicio liberamos endocanabinoides que activan los receptores que hacen que aumente el umbral del dolor. Después del ejercicio los endocanabinoides, (ayudantes para combatir la señal nocioceptiva) aumentan bajando el nivel de ansiedad. El dolor no está relacionado con la nociocepción. Aún no se conoce el porqué, pero la ínsula anterior de nuestro cerebro se activa al realizar ejercicio físico. A nivel hormonal liberamos serotonina y a nivel inmunológico aumenta el nivel de macrófagos. Aquellos que fagocitan una lesión, regulando el sistema inmune, a nivel de tejidos regenera una mayor celeridad, mejorando la calidad del mismo; de ahí que los pacientes sedentarios aumenten su nivel de fibrosis. Por todo lo nombrado anteriormente, tiene tanta importancia realizar ejercicio físico y una buena rehabilitación para recuperarse de una lesión. Ya que hemos entendido a grandes pinceladas qué es el dolor y porqué es necesaria la inflamación para el proceso de recuperación. Por otro lado, no podemos olvidarnos de la importancia de la alimentación y del sueño ya que es un reparador espectacular a tener en cuenta en este proceso.

 

Eli López Alcarazo
Entrenadora Personal, Instructor de A.A.D.D. Readaptadora de Lesiones

EasyCookieInfo